Cómo aumentar el colágeno en la piel: los consejos de los expertos
Como principal componente estructural de la piel, el colágeno merece toda tu atención. Al fin y al cabo, es el responsable de que tu rostro esté firme y terso, como todos queremos.
A continuación, analizaremos por qué disminuye el colágeno y las formas más eficaces (y naturales) de mantener los niveles de esta proteína en la piel.

¿Qué es el colágeno?
Es una proteína estructural que nuestro cuerpo fabrica de forma natural.
No hay solo un tipo, existen varios, aunque los tipos I, II y III son los más abundantes en el cuerpo, y los que más nos interesan.
Está presente en los huesos, los músculos, los cartílagos, y por supuesto, en la piel, donde ayuda a mantener la elasticidad y la flexibilidad de los tejidos para que puedan resistir el estiramiento.
Pero, si nuestro cuerpo ya la fabrica, ¿por qué hay que aumentar su cantidad?
Tu cuerpo produce su propio suministro de colágeno a través de los fibroblastos (suponiendo que los aminoácidos necesarios para su formación estén presentes en tu dieta).
Básicamente, estas células toman los aminoácidos (los componentes de las proteínas) que ingerimos y los convierten en proteínas.
Lo malo es que este proceso se ralentiza con el paso del tiempo.
Cuando somos jóvenes, nuestro cuerpo produce más colágeno del que descompone.
Su creación alcanza su punto máximo a los 20 años, pero en algún momento de esa preciosa década comienza el declive.
El momento exacto es diferente para cada persona, pero normalmente entre mediados y finales de la veintena es lo habitual.
A partir de ese momento, esta proteína disminuye a un ritmo constante del 1%, cada año.
Y en el caso de las mujeres es peor, en la menopausia, vuelve a disminuir: se puede experimentar un descenso del 30% del colágeno durante ese periodo, y después se estabiliza en un descenso del 2% cada año.
Los niveles de colágeno también pueden verse afectados por factores naturales del estilo de vida, como la exposición a los rayos UV, el estrés y la dieta.
Esta disminución gradual y natural del suministro de colágeno contribuye a lo que consideramos signos de envejecimiento: líneas finas, flacidez, palidez, pérdida de volumen, etc.
¡No es de extrañar que la gente busque constantemente formas de "restaurar" sus niveles naturales!
Cómo aumentar los niveles de colágeno en nuestra piel

Ahora que ya sabes por qué debes prestar atención a tus niveles naturales de colágeno, vamos a ver cómo puedes restaurarlos, o por lo menos, contener la pérdida.
A modo de resumen, hay varias rutas a seguir cuando se trata de fomentar su síntesis y, como siempre, te sugerimos que cuides tu piel desde todos los ángulos posibles.
1. Cosméticos
Los productos para el cuidado de la piel son una excelente manera de estimular la producción de colágeno, sin mencionar que ofrecen muchos otros beneficios más para paliar el envejecimiento.
Pero si buscas mejorar la producción de esta proteína, los cosméticos con colágeno no son la opción más acertada.
Esto es debido a que el colágeno y los péptidos son demasiado grandes para ser absorbidos eficazmente por la piel (a diferencia del intestino) y, por lo tanto, no afectan al nivel natural de la proteína en el organismo.
Sin embargo, sí hay otros activos que estimulan la producción de colágeno:
- Retinol y bakuchiol. Fomentan la renovación celular dando paso a células sanas y funcionales que son más capaces de producir esta proteína. Esto ayuda a reducir la aparición de líneas finas y arrugas.
- Vitamina C. Interviene en el proceso de síntesis de la proteína y estabiliza y protege las fibras existentes. Funciona mejor con la vitamina E.
- Ácido glicólico. Funciona de forma similar al retinol, desencadenando una respuesta curativa que da lugar a nuevas células.
Te sugerimos que el retinol lo utilices con precaución. Si se usa en exceso, puede causar sensibilidad cutánea al alterar la barrera invisible que reside en la parte superior de nuestra piel.
No te pierdas estos serums que te ayudarán a potenciar el colágeno.
2. Suplementos

Los suplementos de colágeno se han convertido en una herramienta muy útil para la salud de la piel y la longevidad.
Cuando el colágeno se hidroliza, o se descompone en péptidos de colágeno, el cuerpo puede absorberlo más fácilmente.
Y precisamente de eso se componen los suplementos.
A partir de ahí, los péptidos viajan por todo el cuerpo, ayudando a la producción de colágeno y elastina mediante la estimulación de los fibroblastos (células de la piel).
Al reforzar los niveles naturales de esta proteína, consiguen beneficios que van desde la mejora de las articulaciones y mejores entrenamientos, hasta una mejor salud intestinal.
Sin embargo, para los amantes de la belleza, lo más destacable son los beneficios para el cuidado de la piel: Los estudios clínicos demuestran que los suplementos favorecen la elasticidad y la hidratación general de la piel.
Esto podría hacer que las líneas de expresión parezcan más pequeñas.
Por supuesto, no todos los suplementos de colágeno son iguales. Es importante que encuentres un fabricante de calidad que sea transparente sobre su abastecimiento, excipientes, perfil de aminoácidos y la cantidad de colágeno que realmente contiene el producto.
3. Alimentación

Mientras que los suplementos proporcionan un enfoque específico para el apoyo del colágeno, tu alimentación diaria es la base sobre la que se construye.
Lo ideal es seguir una dieta saludable con una amplia variedad de nutrientes y que no estimule los procesos inflamatorios en el cuerpo.
Para el colágeno en concreto, también puedes consumir alimentos que tengan un perfil de aminoácidos propios como el pollo (con piel), carnes magras, huevos, lentejas, etc.
También debes consumir alimentos ricos en vitaminas C y E (para la síntesis y el entrecruzamiento), una variedad de nutrientes y fitonutrientes antioxidantes (para proteger las hebras) y minerales esenciales, como el zinc (que también desempeña un papel en la producción de proteínas).
Para asegurarte de ingerir suficientes antioxidantes, intenta comer un arco iris de frutas enteras, verduras, legumbres, frutos secos y semillas. (Cuanto más colorido sea el plato, mejor.)
Los productos ricos en vitamina C1 -como los pimientos rojos, el brécol y las naranjas- son especialmente importantes.
Por último, conviene evitar las dietas ricas en azúcar, que se han relacionado con el endurecimiento y la fragmentación de las hebras.
Reducir el consumo de carbohidratos refinados también es una decisión inteligente, ya que en el cuerpo, los carbohidratos refinados se metabolizan rápidamente en azúcar.
Disfrutar de vez en cuando de un capricho azucarado no tiene nada de malo. Pero si eres goloso, prueba con otras fuentes, como el chocolate negro, la fruta o los copos de coco tostados.
4. Estilo de vida
Esto tiene menos que ver con la producción y más con asegurarse de que el colágeno que tienes se mantenga estable, pero hay varias cosas que puedes hacer para asegurarte de que los niveles se mantengan saludables.
Como suelo decir: todo es cuidado de la piel.
Controla el estrés
El estrés provoca un aumento de hormonas como el cortisol, que, según las investigaciones, puede disminuir la producción de colágeno.
Además, cuando estamos estresados, nuestro cuerpo redirige los nutrientes a órganos como los pulmones y el cerebro, lo que significa que la piel no recibe tantos recursos para producir una cantidad saludable de proteínas.

Sueño de calidad
El sueño reparador es real: El ciclo REM es en realidad cuando el cuerpo es capaz de hacer la mayor parte de su rejuvenecimiento celular, colágeno incluido.
Durante este tiempo, la piel experimenta un aumento de HGH (hormona del crecimiento humano) en el ciclo de sueño nocturno.
La liberación de HGH ayuda a reconstruir los tejidos corporales y estimula una mayor producción celular para reemplazar las células que se pierden de forma natural a lo largo del día.
Cuídate del sol
La luz natural es una parte vital de un estilo de vida saludable. Sin embargo, el exceso de radiación UV es uno de tus peores enemigos.
Los rayos UV crean radicales libres, a los que les falta un electrón, lo que los hace inestables al intentar robar un electrón de una molécula sana.
Y como estos radicales libres buscan electrones, pueden alterar gravemente las propiedades básicas del colágeno.
¿Cuál es el resultado? Daños importantes en el colágeno, que provocan arrugas y hematomas con facilidad debido a la respuesta celular deficiente de la piel.
Por todo esto y mucho más, la protección solar es una prioridad.
Utiliza un protector solar cada vez que salgas a la calle, incluso aunque no haga sol, y asegúrate de que tenga SPF 30 o más y de que sea amplio espectro.
Y si estás en interiores, pero tienes un ventanal cerca o cuando estás en el coche, también deberías protegerte.
Deja de fumar
Si fumas, dejar de fumar es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu organismo y por tu piel. (¿Y si no fumas? ¡No empieces!)
En primer lugar, fumar hace que la piel produzca un exceso de radicales libres -y, por lo tanto, estrés oxidativo-, lo que provoca una menor síntesis de colágeno y una mayor degradación del mismo.
Sin embargo, eso no es todo. Fumar provoca la constricción del flujo sanguíneo a la piel, haciéndola más sensible a la luz ultravioleta. Esto la priva del oxígeno y los nutrientes necesarios, dejándola vulnerable a los contaminantes.
Fumar también induce la metaloproteinasa, una enzima que degrada el colágeno. Esto daña las fibras de colágeno y elastina, otra proteína importante de la piel, provocando piel flácida y floja.
Para colmo de males (cutáneos), fumar agota la vitamina C del organismo. Esto priva al colágeno de su cofactor esencial, allanando el camino para su degradación.
Consume alcohol de forma consciente
Si bebes alcohol, sé consciente de su consumo.
El consumo excesivo de alcohol puede aumentar la producción de radicales libres. También frustra las defensas naturales del organismo contra los radicales libres al disminuir los antioxidantes en el cuerpo.
Como resultado, el estrés oxidativo y la inflamación aumentan.
Con el tiempo, este estrés oxidativo puede afectar al colágeno existente. También disminuye la capacidad de los fibroblastos, las células que producen colágeno de tipo I. (Este tipo es el que se produce en la piel).
Además, el consumo excesivo de alcohol puede alterar la absorción de vitamina C, contribuyendo aún más a una síntesis deficiente de colágeno.
Para resumir: Aunque disminuye de forma natural con la edad, existen formas de proteger y mantener el colágeno que ya tienes, así como de fomentar la producción de nuevo, por ejemplo, mediante cosméticos o suplementos.