Derm DMs: ¿Mi piel es realmente grasa o está deshidratada?
¿Te enfrentas a un brillo constante o es tu piel clamando hidratación? Decodificar las señales de nuestro cutis puede ser un desafío, pero no uno imposible. La Dra. Montserrat Fernández Guarino, con su reconocida trayectoria en el hospital Universitario Ramón y Cajal y su experiencia docente en la Universidad Alfonso X el Sabio, nos brindará las claves para desentrañar este misterio.
De la mano de la Dra. Fernández Guarino, aprenderemos a identificar si lo que observamos es un exceso de sebo o una demanda de hidratación profunda. Ella nos compartirá estrategias personalizadas para que nuestro cuidado facial se convierta en un verdadero acto de amor hacia nosotros mismos. Embarcate en esta aventura de conocimiento y adapta tu rutina de belleza a las verdaderas necesidades de tu cuidado personal.
Causas de la falta de hidratación en la piel
Cuando el cuerpo clama por cuidado, puede deberse a varios factores. Uno de los más comunes es la exposición excesiva al sol, el cual priva a nuestro cutis de la humedad necesaria. También, el uso de productos faciales agresivos puede dañar la barrera protectora natural de la piel y provocar su resequedad.
Además, factores ambientales como el viento, el frío o la contaminación pueden resecar la piel y hacerla más vulnerable a las agresiones externas. Incluso, ciertos medicamentos, como los diuréticos, pueden contribuir a la falta de humedad cutánea.
Por otro lado, es fundamental mencionar que una mala alimentación y una falta de ingesta adecuada de agua pueden comprometer gravemente la hidratación. Una alimentación abundante en sustancias saturadas y azúcares refinados puede provocar la obstrucción de los poros y afectar el nivel de humedad de la piel, mientras que una falta de ingesta de agua puede provocar sequedad y descamación.
En este sentido, es importante prestar atención a los factores que pueden causar resequedad y tomar medidas para prevenirlo, como usar protector solar, evitar productos agresivos y mantener una dieta saludable junto con una ingesta adecuada de agua.
Síntomas de piel grasa y deshidratada al mismo tiempo
¿Te sientes confundida por tu aspecto? Por un lado, luce brillante, pero por otro, se siente tirante y áspera. Si esto te suena familiar, es posible que estés experimentando una condición conocida como piel grasa y deshidratada al mismo tiempo. Aunque pueda parecer contradictorio, esta condición es más común de lo que piensas. Ocurre cuando tu piel produce demasiado sebo, pero carece de hidratación en las capas más profundas. Esto puede resultar en una piel con aspecto graso y brillante, pero que se siente seca y tirante al tacto.
Algunos de los síntomas más comunes de la piel grasa y deshidratada incluyen:
- Exceso de brillo, especialmente en la zona T (frente, nariz y barbilla)
- Sequedad o aspereza en las mejillas y otras áreas
- Tirantez o sensación de apretamiento después de lavar la cara
- Descamación leve alrededor de la nariz, los labios y las cejas
- Puntos negros y espinillas, especialmente en la zona T
Si estás experimentando estos síntomas, es importante que consultes a un dermatólogo para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado. Juntos, podrán determinar la causa subyacente de tu piel grasa y deshidratada y desarrollar un plan de cuidado de la piel que funcione para ti.
Consejos para mantener la hidratación en la piel grasa
Aunque pueda parecer contradictorio, las superficies grasas también necesitan cuidados para mantenerse saludables y evitar la sobreproducción de sebo. Si te preguntas cómo mantener tu piel hidratada sin agravar el problema, sigue leyendo para descubrir algunos consejos útiles.
- Limpia tu rostro a fondo: Opta por limpiadores suaves y no comedogénicos que remuevan el exceso de grasa y suciedad sin comprometer la barrera protectora natural.
- Aplica un tónico hidratante: Después de limpiar, utiliza un tónico hidratante que contenga ingredientes como ácido hialurónico o glicerina para atraer y retener la humedad en la piel.
- Utiliza un serum o una crema ligera: Busca productos que contengan ingredientes como niacinamida o vitamina C, que ayudan a regular la producción de sebo y a mejorar la textura de la piel.
- Protege tu rostro del sol: No olvides usar protector solar todos los días, incluso si no vas a exponerte al sol directamente. El protector solar también te ayudará a prevenir el envejecimiento prematuro y las manchas.
- Bebe mucha agua y mantén una dieta saludable: Mantener un buen nivel de líquidos internamente es esencial, cuida de tu organismo y observarás cómo tu piel lo refleja agradecida.
"La hidratación diaria es esencial para mantener la barrera cutánea y prevenir la sequedad. Una piel bien hidratada luce más saludable, es más resistente a irritaciones y tiene una apariencia más juvenil. En el caso de los pacientes con dermatitis, dermatitis atópica y psoriasis la hidratación de la piel ha demostrado mejor respuesta a los tratamientos." - Dra. Montserrat Fernández Guarino